Mientras pasean por el Alcázar de los Reyes Cristianos, otrora Andalusí, Boris Izaguirre entrevista a la arqueóloga Cristina Camacho para conocer cómo era la organización del Estado. El Alcázar, explica, "contenía los edificios áulicos, (donde vivía la Corte) pero también edificios de administración". También había una Alcazaba militar en su interior.

Sin embargo, el ámbito religioso lo acogía la Mezquita, aunque eso sí, "hay una conexión entre los dos edificios". "En época de Alhakén II se construye un pasadizo que se llama Sabat, que va desde el palacio hasta la zona de la mezquita, de forma que el califa no tenía que pisar el suelo que pisaban los mortales", cuenta Camacho. De él hoy solo perdura su sección oriental, que nunca fue públicamente visible.

En esa Córdoba que el califa no quería pisar, habitaban alrededor de 1 millón de personas y era una majestuosa ciudad repleta de jardines, monumentos, construcciones, edificios y fuentes, como podemos ver en esta fantástica recreación del equipo de 'Desmontando'.