Sevilla prácticamente merece un episodio para contar sus años de peste. "Hechos que parecen sacados de una película, pero que están bastante lejos de la ficción. Son tan reales que no parecen ciertos", destaca Boris Izaguirre, que para conocer más en profundidad cómo afectó la peste negra a la ciudad andaluza habla con Miguel Ángel Cárceres, profesor de Historia, delante del Parlamento andaluz. El experto relata cuál es la relación del edificio con la peste. "En 1649, el brote de peste en Sevilla es devastador y este será el gran centro en el que se alojen a los enfermos y enfermas víctimas de la epidemia", explica Cárceres, que afirma que "en el hospital, dentro, era apocalíptico". Y es que hay que sumar que como consecuencia de "unas inundaciones tremendas se pierden las cosechas y el hambre llega a la ciudad".

"En abril de 1649 Sevilla sufrió una gran inundación debido a las fuertes lluvias de primavera", recuerda el experto, que detalla que "barrios enteros de la ciudad se anegaron". En particular, la Alameda de Hércules. "Después de las inundaciones, el pueblo de Sevilla comenzó a quejarse de vahídos, náuseas y otros problemas de estómago y este fue el inicio de la gran peste de Sevilla, que fue la mayor crisis epidémica que ha padecido la ciudad hispalense", explica.

Pero, ¿qué importancia tuvo el actual edificio del Parlamento andaluz? "Es la sede prácticamente de la muerte en Sevilla", resalta Cárceres, que explica que en el Parlamento "se acogen a casi 30.000 enfermos, de los que muere un 85%". Y eso, sin incluir los que mueren en la explanada. delante del propio edificio. "Hay un cuadro en el Pozo Santo que es muy gráfico en el que se ven muertos", destaca el experto, que explica cómo se ve "en la explanada del Parlamento, carros llenos de personas que, precisamente, van a los carneros o fosas comunes". Por lo tanto, es "la imagen de la muerte, básicamente" que se llevó a más de 60.000 personas.