Se calcula que más de la mitad de los hogares comparten con al menos un animal sus vidas. Y para la inmensa mayoría, son parte de nuestra familia. Por ello muchas empresas y comercios han incorporado de una manera natural la presencia de animales en sus negocios.

Fabri Orlandi, propietario de una boutique de entrenamiento en pleno centro de Madrid, comparte su vida con dos perros de raza teckel, que le acompañan cada día a su trabajo. Por tanto, ha aceptado siempre que sus alumnos puedan acudir a las sesiones acompañados de su mejor amigo. Beatriz Ramos acompaña a su primo Jesús y su perro Boby a un entrenamiento muy perruno.

Aunque parezca innecesario que nuestro perro nos acompañe, podemos aprovechar para tener un gratificante paseo juntos en la ida y vuelta a nuestro lugar de entrenamiento, además de ser un espacio donde el perro podrá conocer nuevas situaciones y sociabilizar con otras personas y perros.