De la mano de Albert Espinosa, Rosa López ha emprendido un viaje emocional de regreso a casa en el que echa la vista atrás para recordar los momentos más dulces de su infancia y también algunos amargos.

Después de atravesar la puerta de su colegio, la artista ha recordado que siempre llegaba tarde: "Estaba la puerta cerrada, me daba la vuelta para volver a casa y decirle a mi madre que habían cerrado, pero ella me regañaba".

"Coge, date la vuelta ahora mismo y toca", le respondía su madre. Entonces, a Rosa López no le quedaba más remedio que llamar a Enriqueta, la portera, para que le abriera.

Siempre interesada por la música, entre los ídolos de la infancia de la artista no podían faltar en su carpeta los Take That o Alejandro Sánz: "Él me tenía loca, tenía un póster suyo babeado de los besos que le daba".

Venciendo a las inseguridades, Rosa López tiene claro que era una adolescente con mucha magia y ahora, muchos años después, se reivindica: "¿Por qué tenías tantos miedos si eras preciosa?".