Rosa López recuerda con Albert Espinosa en el patio del colegio de su infancia las dos cartas que escribió a dos chicos de los que se enamoró. Uno de ellos fue Enrique, el hijo de la portera. "Ese día tocaba Educación Física y me puse mi faja debajo del chándal", recuerda la cantante, que explica que ese día no quería que le "botaran las carnes".

"Ese día nos pusieron por parejas y me tocó Enrique", recuerda Rosa López, que explica que tenían que hacer "masajes": "Un sofoco... y yo con mi faja puesta". "Encima sonó la faja", recuerda Rosa, que destaca que Enrique fue muy bueno y aunque se dio cuenta de la situación "no dijo nada".