Deben estar construidos en madera, acero o nitrato de potasio y de manera artesanal. Son los requisitos que tienen que cumplir estos cohetes caseros para poder participar en el certamen internacional que tiene lugar en Tailandia cada año.

La celebración de este concurso es un auténtico espectáculo visual que bien merece la pena ser contemplado. Además de con un espectacular diseño, algunos de estos cohetes cuenta con tecnología muy avanzada.

El objetivo de este singular y vistoso festival no es otro que el de invocar a los dioses de la lluvia para que bendigan la zona con el regalo de la tormenta. Un obsequio que, a juzgar por las imágenes, les es concedido.