Después de visitar la bodega y comer un menú degustación de 14 platos, los dos ladrones del hotel-restaurante Atrio de Cáceres pagan la cuenta y a las 00:20 horas suben a la habitación, la número 107. En el turno de noche del hotel solo queda una persona trabajando, el recepcionista.

"Sobre la 1:30 horas, ella llama a recepción y manifiesta que se ha desvelado, que le ha entrado hambre y que quiere comer algo. El recepcionista le responde que no queda nadie en cocina, que lo siente mucho. Ella se altera hasta el punto de que echa en cara que es un hotel de lujo, que tiene hambre y que quiere comer", relata Mayka Navarro, reportera de sucesos.

En ese momento, el recepcionista abandona por un espacio de tiempo la recepción, se dirige a la cocina y le hace una ensalada y se la sube.

Sin embargo, poco después ella vuelve a llamar a recepción para insistir en que tiene hambre y le llevan unas pastas. Mientras ella distrae al recepcionista del hotel, su pareja se dispone a actuar.

"El plan implicaba, evidentemente, distraer al recepcionista para bajar por las escaleras y localizar una cajita con las llaves. Él se da cuenta de que la llave que ha cogido no abre, no es la maestra y llama a su mujer para pedirle que distraiga al recepcionista", detalla Navarro.

"Él regresa y las cámaras lo ven con la mochila que ella llevaba y dos bolsas de deporte en cada mano. En la habitación usa toallas del cuarto de baño para envolver las botellas y asegurarlas. Él carga con el material, a las 5:30 horas se despiden, pagan lo que deben y se piran", zanja la reportera.

Las cámaras de seguridad captan cómo los dos ladrones salen del hotel cargados con las bolsas a primera hora del 27 de octubre de 2021. Después, cuando al mediodía se produce el cambio de turno en el hotel Atrio, nadie sabe todavía que les acaban de robar 45 botellas de vino valoradas 1.648.500 euros.