El arte carecía de valor
La sentencia contra Arte y Naturaleza concluyó que la mayoría de sus iconos "eran burdos souvenirs para turistas"
La sentencia también valoró el arte africano en el que habían invertido los estafados por Arte y Naturaleza y concluyó que estas piezas carecían de valor: "Son piezas muy similares a las vendidas por almacenes chinos", decía.
Diez años después de que Guillermo García del Toro, administrador único de Arte y Naturaleza, se declarara insolvente; la cúpula de la empresa se sentó en el banquillo y dos años después salió la sentencia. En ella decían que "Arte y Naturaleza tenía en sus almacenes 26.015 iconos adquiridos en Estonia, mayoritariamente modernos y envejecidos para darles una apariencia de antiguos".
"La inmensa mayoría, un 65%, eran burdos souvenirs para turistas con un valor real en el mercado no superior a 50 euros y ningún caso por encima de los 100", lee María Porto, experta en arte contemporáneo y moderno, a Mamen Mendizábal la sentencia.
Aunque la peor parte se la llevó el supuesto arte africano. Tras una valoración, lo único que pudieron determinar sobre estas piezas es que eran "representaciones grotescas carentes de valor y muy similares a piezas vendidas por almacenes chinos". Es decir, de arte nada de nada, más bien productos de mercadillo.