El análisis de la restauradora del Ecce Homo de Borja tras la 'intervención' de Cecilia: "De las cosas más feas que hemos visto"

Cecilia Giménez llevaba 20 años haciendo pequeños arreglos al fresco del Ecce Homo que Elías García había pintado en el Santuario de Borja. Su deterioro era más que considerable y ella fue la única que se preocupó durante décadas por hacer algo para detenerlo. Cuando la columna en la que se encontraba la pintura tuvo humedades, la reparación necesitaba una implicación más a fondo, con lo que Cecilia pretendía dejar que se secara durante sus vacaciones de verano para después volver a pintar encima.

Su 'restauración' nunca llegó a ser terminada, recuerda hoy en 'Anatomía de...' Mamen Mendizábal. Pero, ¿tenía la feligresa alguna idea de lo que estaba haciendo? Encarna Ripollés, una de las restauradoras con las que el ayuntamiento se puso en contacto después de descubrir el desastre, da su opinión experta en este reportaje.

Ella llegó a la localidad zaragozana cuando el Ecce Homo de Cecilia ya era un fenómeno mundial que movía masas. El pueblo estaba repleto de turistas y Ripollés y su equipo llegaron a él entre tal revuelo mediático. "Llegamos y no pudimos ni entrar. Estaba todo lleno de periodistas y televisiones. Desde que nos avisaron a finales de julio hasta que fuimos la primera semana de agosto, fue ya la marabunta", recuerda.

"Cuando vimos el Ecce Homo de Cecilia nos quedamos un poco impactadas. Era muy feo, muy feo", insiste. "No se puede describir. Era una especie de torta con pelos electrizados. Después, su repinte naturalmente había ido más allá. O sea, si en el Ecce Homo original la carnación llegaba a la altura de las cejas, ella había pintado la carnación mucho más arriba. De ahí que se vea una especie de objeto ovalado gigantesco", describe.

"Había pintado y repintado por donde le parecía. Estamos, probablemente, ante una de las cosas más feas que hemos visto como repinte de una obra original", asegura en el programa de Mamen Mendizábal.

Para facilitar distintas opciones de actuación al ayuntamiento, el equipo de restauradoras tuvo que contar con la ayuda de la propia Cecilia, que les facilitó la lista de los materiales que había utilizado. "Con sus óleos de pintar en casa esos cuadritos de paisajes y bodegones había empezado a retocar. Había pintado con óleo y había barnizado con un spray de estos industriales", desvela.

"Lo que vemos (con la 'restauración' de Cecilia) es algo que no tiene nombre. Es un repinte muy malo, muy malo. Ya no queda ningún símbolo ni nada por el que pueda decirse que eso es un Ecce Homo", recalca Ripollés.

*Puedes ver el programa al completo de Anatomía de... un Ecce Homo en atresplayer.com.