La destrucción de los famosos ordenadores del PP se produjo alrededor de mayo de 2013 en la sede del Partido Popular, en Génova 13. Las computadoras se encontraban bajo llave en una sala que el partido dispuso a Luis Bárcenas cuando dimitió como tesorero del PP tras su imputación.
Por entonces, la formación le mantenía secretaria, despacho y chófer. Tras su expulsión del partido, Bárcenas inició un pleito para recuperar esos ordenadores. Mientras el extesorero y PP se enfrentaban en los tribunales, el responsable informático del PP habría llevado a cabo su "misión destructora".
En agosto de 2013, el juez instructor del caso, Pablo Ruz, reclamó los ordeandores, pero cuando le llegaron no le sirvieron para nada. Uno de ellos, un Toshiba Libreto 100ct, un modelo antiguo de los años 90, llegó directamente sin disco duro, vacío. Según figura en el escrito de la Audiencia Nacional, "había sido extraído con anterioridad".
El otro, más nuevo, es un Macbook Pro, había sido formateado con lo que se conoce como el 'método Guttman', uno de los sistemas de borrado más seguros y complejos que consiste en escribir sobre los datos originales una serie de 35 patrones diferentes.
Así, es casi imposible recuperar el contenido original, pero ahí no quedó la cosa: luego rayaron ese disco duro hasta su destrucción física; vamos, se ensañaron. El PP siempre ha mantenido que destruyó esos discos duros en arreglo a la Ley de Protección de datos, pero el juez Ruz consideró que se podría haber incurrido en delitos como obstrucción a la justicia, y por eso está siendo juzgado.