La suerte del Donbás se juega ahora mismo en Severodonetsk. Se combate calle por calle en este enclave vital de Lugansk que está cerca de convertirse en un nuevo Mariúpol. Situado cerca del río, es estratégicamente relevante porque es de los últimos núcleos importantes bajo control ucraniano en esa zona prorrusa del Donbás.

El gobernador de Lugansk ha admitido que los uniformados ruso han tomado posiciones en las afueras del noroeste y sureste de la localidad, aunque no está rodeada aún. Las fuerzas rusas ya controlan en torno al 70% de esa urbe que, antes de la guerra, contaba con algo más de 100.000 habitantes.

Las autoridades locales creen que en la ciudad quedan entre 12.000 y 13.000 personas refugiadas en sótanos y búnkeres para escapar de los bombardeos. Los duros combates cuerpo a cuerpo impiden la evacuación de civiles y la recogida de cadáveres, por lo que resulta difícil calcular el número real de bajas, aunque algunas informaciones hablan de 1.500 muertos.

Rusia está a punto de hacerse con esta ciudad pero se la quedará prácticamente destruida. 90% del parque de viviendas ha quedado dañado y el 60% no puede ser recuperado. Según las autoridades ucranianas, se ha cortado la electricidad y las telecomunicaciones tampoco funcionan. Sin duda, una situación que recuerda a la de Mariupol.

Ucrania pierde entre 60 y 100 soldados al día

Volodímir Zelenski ha reconocido que mueren "entre 60 y 100 soldados en acción por día y otras 500 personas resultan heridas" en Ucrania.

En declaraciones al sitio web 'Newsmax', el presidente ucraniano ha reiterado que su país es el "perímetro defensivo" frente a Rusia y que "es una barrera física formada por nuestra gente". "Tenemos que darnos cuenta de quién es el poder oscuro: es Rusia", ha afirmado, advirtiendo de que "Rusia no se detendrá en Ucrania, seguro".