genócidio ante los ojos del mundo

Raúl Incertis, médico de emergencias en Gaza: "Teníamos que drogar a los niños con un poco de ketamina para que no sintieran dolor cuando sufrían bombardeos"

¿Cómo se trata el dolor en Gaza con recursos mínimos? Un médico de emergencias explica en Al Rojo Vivo que solo cuentan con gas anestésico y analgésicos leves, mientras los niños en shock emocional son sedados con ketamina para sobrellevar las operaciones y el dolor constante.

Raúl Incertis, médico de emergencias en Gaza: "Teníamos que drogar a los niños con un poco de ketamina para que no sintieran dolor cuando sufrían bombardeos"

¿Cómo se trata tanto dolor con tan pocos recursos? Raúl Incertis, médico de emergencias recién regresado de Gaza, da una respuesta en una entrevista en Al Rojo Vivo. Durante meses trabajó en el Hospital Nasser, uno de los pocos centros médicos que aún resisten en pie en Jan Yunis, al sur de la Franja. Allí, entre escombros y gritos, atendió a víctimas con lo mínimo.

"La anestesia era solo gas. El paciente lograba dormirse, pero durante la operación sufría un dolor enorme, porque se nos había acabado el fentanilo", relata. En esas condiciones, realizar cirugías mayores como toracotomías, laparotomías, amputaciones o craneotomías resultaba una tortura. "Para el dolor postoperatorio les poníamos solo ibuprofeno o diclofenaco intravenoso, lo que aquí se usa para un dolor de cabeza".

En el caso de los niños, la situación era aún más desgarradora. ¿Cómo se le explica a un niño que no hay nada para calmarle el dolor? Incertis responde: "Un niño que necesita ser operado es porque ha sido alcanzado por una bomba, herido por metralla. Llega en estado de shock emocional, no entiende nada. Muchos han perdido a toda su familia. Los llaman 'niños heridos sin familia sobreviviente'"-

Ante eso, la única opción era sedarlos con pequeñas dosis de ketamina para operarlos. "Era la única manera de que no fueran conscientes de lo que estaban viviendo ni del dolor que sentían".

Los efectos del trauma son visibles en cada rincón. "Cuando llegan, los niños están mudos, con la mirada perdida, en estado de shock". Nadie recibe apoyo psicológico. "En Gaza había una sala de hospitalización psiquiátrica, algunas consultas... Ya no queda nada".

El resultado es una explosión de sufrimiento mental que se extiende por la Franja. "Muchos desarrollan esquizofrenia o depresiones severas. Es gente que quizá ya tenía una predisposición, y el horror ha disparado el brote. Los ves por las calles, delirando, intentando suicidarse. La situación de estrés es tan inhumana que algunos, simplemente, han enloquecido".