Varios encapuchados irrumpieron en la librería Blanquerna de Madrid, centro cultural de la Generalitat en la capital, para boicotear los actos de celebración de la Diada. A gritos de "no nos engañan, Cataluña es España", el grupo fascista agredió a algunos diputados, causaron destrozos en la librería y usaron gas pimienta en un ataque intolerable, que se saldó con cinco heridos leves, entre ellos una niña de 4 años.

La libreria ha abierto con total normalidad, después de ser acordonada por la Policía tras los disturbios. "Es una anécdota desagradable, pero no es la representación del sentir general. Con actuaciones así se provoca el efecto contrario", señala Fernando Berlín. Según Jesús Maraña, "actuaciones así ponen de manifiesto la necesidad de rebajar el tono y emprender un diálogo transparente sobre un modelo de Estado donde entremos todos".