Las cuentas presentadas por el Gobierno, a las que les falta el trámite parlamentario, contemplan un aumento del 25,8% del presupuesto de Defensa el próximo año. Pasará de los 9.791 millones a los 12.317 millones de euros, una cifra que supone el 1,2% del PIB.

El aumento más importante de inversión está dedicado a los programas de modernización. Es decir, al gasto de personal militar, que sube un 12,6% (más de 1.800 millones de euros más). Esto se traducirá en una mayor contratación de soldados y un aumento de sus sueldos.

Por otro lado, otra de las partidas que recibirá mayor impulso será las de las fragatas, pues se cuadriplican con respecto a 2022. Esto se materializa en las F-100 y las cinco nuevas fragatas F5-10 que se están construyendo en los astilleros de Navantia, en Ferrol.

Al mismo tiempo, la adquisición y modernización de los Eurofighter contará otra de las cifras más altas: casi 600 millones de euros. Los aviones de transporte militar también protagonizarán un incremento. En concreto, los Airbus A400M, dedicados al transporte de largo alcance, contarán con 268 millones de euros.