Sólo hay un grifo en el poblado de El Gallinero. Dentro de las casas las garrafas de agua se hacen hueco entre los escasos metros cuadrados en los que cada familia vive.

Fuera la situación no es mejor, rodeados de basura y sin asfalto en calles que se convierten en un barrizal cada vez que llueve.

Las familia tampoco tienen baños. "No tenemos letrinas, no tenemos nada", dice una vecina. "Lo que utilizamos ahora mismo es el campo", añade otro joven indignado.

El Ayuntamiento de Madrid prometió hace más de un año aumentar los puntos de agua potable, asfaltar el poblado para que pueda acceder el bus escolar e implantar letrinas. Pero de momento, nada ha cambiado.

Desde el Ayuntamiento apuntan a que los terrenos no son municipales, pero que actuarán cuanto antes. En un plazo de nueve meses aseguran que desmantelarán el poblado y se buscará una solución para las familias, mientras dicen dignificarán sus condiciones de vida.