Susana Flores es víctima de violencia machista, pero este lunes ingresará en prisión después de que un juzgado la condenara a tres años y seis meses de cárcel por un delito de agresiones a su expareja en una discusión en la que el la golpeó y amenazó con matarla en varias ocasiones.

Él fue condenado por un delito de violencia de género, pero nunca llegó a entrar a la cárcel. Unos hechos que no se recogen en la sentencia de condena a la mujer ni en la ratificación de la Audiencia Provincial de Madrid. En ninguno de los escritos judiciales se señala que las acciones de Susana fueran en defensa propia, ni los partes médicos que recogían lesiones anteriores.

Según 'eldiario.es', Griselda Herrera, activista por los derechos humanos y abogada mexicana, ya ha presentado una petición de indulto ante el Ministerio de Justicia, señalando que en la sentencia no se incluyó el enfoque de género ni se consideró la historia de maltrato.

"Vivimos situaciones límites de violencia y se puso en juego nuestra integridad"

A esta petición se ha sumado la del hijo de la víctima, que ha difundido una carta relatando los episodios de violencia que sufrieron su madre, su hermana y él mismo. "Vivimos situaciones límites de violencia y se puso en juego nuestra integridad. Mi madre lo único que hizo el día de los hechos fue evitar ser asesinada, su agresor tenía las manos en el cuello de ella", señala.

Además, Joan, que ahora tiene 19 años, ha asegurado que nadie le dio credibilidad a su testimonio porque por aquel entonces era menor de edad. "Nunca se me llamó a declarar porque era menor, era un niño. El día de los hechos a mí me rompió el móvil y me empujó contra la pared, pero nadie dio constancia".

Su expareja le amenazó con matarla y le propinó puñetazos y patadas

Los hechos ocurrieron hace seis años, el 27 de enero del 2014, cuando ella intentó defenderse de las agresiones de su expareja, que la amenazó con matarla y la golpeó en diversas ocasiones.

El atestado, recogido por el citado medio, señala que Susana Flores y su expareja estuvieron bebiendo y, en un momento dado, él comenzó a ponerse violento. "Eres una zorra, una puta, seguro que en Zaragoza has estado en un prostíbulo". Además, cuando ella le pidió que se marchara de la vivienda, este no lo hizo y rompió el teléfono y el de la víctima.

Susana Flores declaró, además, que el agresor comenzó a empujarla, tirándola contra una mesa y escupiéndole en la cara. "De uno de los empujones que la propina, cae sobre una mesita, en la que se encontraba una botella de cristal que se rompió al caer al suelo". El hombre continuó agrediéndola y ella cogió "el mango roto de la botella de cristal para defenderse".

Ella cogió "el mango roto de una botella de cristal para defenderse", según el atestado

Además, la víctima declaró que él le dijo "te voy a matar cuando te vea con alguien", al tiempo que le propinaba puñetazos en el pecho y en la espalda y varias patadas. Y el mismo atestado recoge que los compañeros de piso que se encontraban en la vivienda intervinieron "pudieron observar como la pareja estaba tumbada sobre la cama agrediéndose mutuamente, encontrándose la mujer situada encima del hombre, golpeándole con una botella de cristal" y cómo "ambas personas estaban ensangrentadas y rodeadas de trozos de cristal".

El hombre fue condenado por estos hechos a nueve meses y un día de prisión por un delito de violencia doméstica y de género, lesiones y maltrato familiar. Sin embargo, el 4 de abril de 2017 el juzgado de lo penal número 32 de Madrid suspendió la pena a condición de que no delinquieran en los próximos años y se sometieran a "programas de reeducación en materia de malos tratos".

Mientras, Susana Flores fue condenada por un delito de lesiones con el agravante de parentesco, a tres años, seis meses y un día de prisión, así como a la prohibición de acercarse a su expareja en radio de 500 metros y a pagarle una indemnización de 3.550 euros.