A poco más de tres cuartos de hora desde Oviedo o desde Gijón o a algo más de media hora de Cangas de Onís está una pequeña aldea, enmarcada en un concejo rodeado de montañas, que sólo cuenta con 15 habitantes. No es extraño: en 2021, ocho de cada diez entidades habitadas en la comunidad autónoma (5.574) tenían en 2020 menos de 100 habitantes, amén de las cerca de 800 sin población alguna, según datos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI). La Asturias deshabitada forma parte de la España deshabitada de la que muchos españoles huyen, y a la que otros regresan.

Esta pequeña aldea es como muchas: un paraje de poco más de diez viviendas, en medio del campo, donde todos se conocen. Pero también se diferencia de muchas otras porque en verano, se multiplica, pero se multiplica por mucho. Esta aldea es Vegarrionda, en la región de la Piloña asturiana, el lugar en el que vive una figura musicales que más relevancia ha ido adquiriendo en los últimos años: Rodrigo Cuevas, diva del folclore español, agitador de las tradiciones nacionales.

Vegarrionda pertenece a la parroquia de L'Arteosa (Piloña), se encuentra a siete kilómetros de L'Infiestu, la capital municipal, a una altitud de 240 metros. Vegarrionda tiene sólo 13 viviendas de las más de 100 de la parroquia, 11 de las cuales son consideradas viviendas no principales. Desde Oviedo, desde Gijón o desde Cangas de Onís, todos los caminos confluyen en la carretera 254 que, desde el área recreativa de La Cueva, transcurre durante unos siete kilómetros por otras aldeas de la zona. Una estrecha pista asfaltada rodeada única y exclusivamente por color verde, con algún que otro caserón a cada lado, es la que lleva hasta esta pequeña entidad poblacional asturiana.

Entre 2007 y 2010 vivían en Vegarrionda tres personas; en 2022, son 15 habitantes

INE

Vegarrionda sólo tiene 15 habitantes, pero la aldea se extiende alrededor del bar (y tienda de ultramarinos) Vegarrionda, que aún mantiene un cartel enorme con el antiguo logo de la bebida Sprite y que tiene una gran terraza dispuesta (cuando el tiempo lo permite) a orillas del río de la Marea. En la última década Vegarrionda ha ido perdiendo, a pequeños goteos, a algunos de sus habitantes, aunque hay que tener en cuenta que hubo tiempos peores para esta pequeña localidad asturiana: en 2000 contaba con nueve vecinos, pero entre 2007 y 2010 sólo vivían en Vegarrionda tres personas, dos hombres y una mujer, según datos del INE.

En 2011 llegó la explosión para Vegarrionda: de tres habitantes pasaron a 21, y aunque estos años ha ido cayendo poco a poco hasta los 15 actuales, la última década Vegarrionda ha tenido más vida que antes, sin lugar a dudas. Allí, como en todos los pueblos, el bar tiene función de "centro social intergeneracional", como el mismo Cuevas explicaba a 'El Comercio', aunque resalta sobre todo el hecho de que Vegarrionda tenga "el único chigre" de toda la parroquia: allí es donde los vecinos se reúnen, a veces para hablar, otras para bañarse en verano en el río y "tomar una botellina".

Una Señora Fiesta para animar Vegarrionda desde 2018

Y qué mejor lugar que este pequeño enclave de la montaña asturiana para montar Una Señora Fiesta, así, en mayúsculas. "De un 'grupín' de personas enamoradas de su pueblo, a las que les apetecía mucho hacer algo interesante y positivo en él" surgió la idea de organizar una gran romería con todas las características de una gran romería asturiana: el 'prau' ya lo tenían, sólo tendrían que poner la música y la sidra.

"La llamaremos Una Señora Fiesta dado que en el mundo rural, las señoras son las encargadas de cantar, tocar la pandereta, contar relatos, historias... ¡Queríamos ser Señoras, y esta sería nuestra fiesta!", señalan desde la web de la organización. El primer año que se organizó, 2018, ya fue todo un éxito: "Hasta volvimos a ver la carretera llena de coches aparcados (pero esta vez sin que hubiera un funeral)", señalan. A aquella primera fiesta de Vegarrionda acudieron cerca de 500 personas, lo que supone más de un 3.000% de la gente que vive en la aldea.

Y decidieron repetir. Pero en 2019 convirtieron Una Señora Fiesta en todo un espacio para la música: por un lado estaba la romería, el bailar, comer y beber en el 'prau', una actividad gratuita; por el otro, un festival de pago (a 15 euros la entrada anticipada, 20 euros 'en taquilla'). Cerca de ocho horas de música en directo en una finca de la aldea, aquel 17 de agosto sonaron en Vegarrionda los artistas Baiuca, Niño de Elche, Xaime Martínez y Meneo.

Pero al año siguiente llegó la pandemia y la idea de hacer un festival con tanta gente junta no era tan llamativa. Y de ahí surgió la 'versión Covid' de Una Señora Fiesta: 'A taragaños', una expresión asturiana que significa algo parecido a 'a mordiscos'. Era una "versión en 'trocinos' con propuestas escénicas diversas, adaptadas al momento y que salió adelante, porque las ganas pudieron más que las trabas".

Y Una Señora Fiesta siguió creciendo: en 2021 fueron tres días de conciertos, entre el 12 y el 14 de agosto, con banda sonora de Jerónimo Granda, Mercedes Peón y Rigoberta Bandini. "Fueron tres noches mágicas, en las que una vez más, hubo esa mezcla de músicas y personas que tanto nos gusta, de mirar alrededor y pensar: 'Qué guapo', de sentirnos felices, de ver gente feliz", señalan. Mientras, en la barra, el propio Rodrigo Cuevas, sirviendo copas: "Si fuera multimillonario para qué hacer un festival y no estar detrás de la barra si es lo que me mola, es donde te enteras de todo", aseguraba después de la edición de 2021 a 'Mi Gijón'. El de 2022 se trasladó al mes de julio, con L-R, María Arnal y Marcel Bagés y Ghetto Kumbé poniendo el punto musical.

En 2023 se celebra la sexta edición de Una Señora Fiesta, con Fee Regas, Xurxo Fernándes y La Plazuela, una jornada que termina con una sesión de la DJ francesa Wonderbraz, considerada como una "activista cultural". La Señora Fiesta de Vegarrionda ha servido (y sigue sirviendo) como espacio de encuentro "donde conocer otras personas, músicas, vidas y artes", un espacio "donde crecer y disfrutar". Pero otro de los grandes logros de esta fiesta es la de haber conseguido que, al buscar Vegarrionda en Internet, "salgan más de tres fotos" y que "hasta esté bien situada en el mapa".