Un fallo al disolver la vacuna contra el COVID-19 aplicada a un centenar de menores en Cantabria va a obligar a revisar si han generado anticuerpos contra el virus, aunque no representa ningún riesgo contra su salud.
Según han confirmado fuentes de la Consejería de Sanidad, los menores recibieron la primera dosis de la vacuna el pasado 18 de diciembre. Posteriormente se detectó que se había producido un fallo al disolver la vacuna que se les había aplicado.
La incidencia, según han explicado estas mismas fuentes, tuvo lugar el pasado 18 de diciembre en el centro de salud de El Alisal, donde se diluyó la vacuna con "agua para inyección, en lugar de con suero fisiológico".
Este suceso, pese a, según Sanidad, no tener efectos negativos para la salud, ha hecho que "no haya certeza" de que la vacuna administrada a este centenar de niños sea efectiva.
Ante esta situación, la Consejería de Sanidad ha ofrecido a los padres realizar a los menores un test para confirmar que han generado anticuerpos contra el virus. En caso de no haberlos generado, se ofrecerá a los progenitores volver a vacunar a sus hijos.
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