La prensa, en el punto de mira

La ultraderecha pincha en Torre-Pacheco ante un amplio despliegue policial que contuvo al centenar de manifestantes

Sí, pero Aunque no hubo disturbios ni enfrentamientos, los periodistas que cubrían la protesta tuvieron que ser escoltados por agentes de la Guardia Civil ante los gritos y los insultos que les proferían los presentes.

Manifestantes en Torre-Pacheco, durante la tarde noche de este martes.
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La convocatoria de "caza al magrebí" de la ultraderecha pinchó durante la noche de este martes en Torre-Pacheco con una asistencia de apenas un centenar de personas que no dudó que cebarse contra la prensa. El amplio despliegue policial logró contener eventuales altercados violentos que sí se habían visto las noches anteriores.

Al grito de "fuera, fuera", "manipuladores" o "Pedro Sánchez, hijo de puta", los manifestantes cargaban contra cualquier miembros de la prensa que cubría la concentración, alentada por la plataforma europea 'Deport Them Now' tras la brutal paliza a un hombre de 68 años la semana pasada en la citada localidad. Precisamente su líder fue detenido este martes en Mataró.

Quienes también apoyaron la protesta fueron los agitadores ultras como Vito Quiles y Daniel Esteve, de Desokupa, que se habían hecho eco de la convocatoria en sus redes. Si bien habían acudido a la localidad murciana, según relata la agencia EFE, la han abandonado a media tarde por indicaciones de la Guardia Civil.

También tuvieron que dar media vuelta varios agitadores ultras que trataron de acceder a Torre-Pacheco para asistir a la manifestación no autorizada. En cambio, algunas decenas de personas sí pudieron concentrarse en el centro de localidad murciana, donde tomaron la palabra ante los medios representantes de Frente Obrero y de los carlistas. Estos últimos han arrancado ovaciones de los congregados al exhibir la bandera de España con el Corazón de Jesús y hacer sonar el 'Cara al sol' en un altavoz portátil.

Otros congregados han tomado la palabra para afirmar que no se podía vivir en el pueblo, que los inmigrantes solo venían a robar y a vender droga y que no había policía bastante para proteger a los naturales de la localidad murciana, donde hasta a los agentes especiales de la Guardia Civil y a los policías locales han llamado esta noche "traidores".

Por su parte, no había movimientos en el barrio de San Antonio, de mayoría magrebí, a unos diez minutos a pie del centro donde se concentraban los ultras. En sus accesos, también se instalaron numerosos antidisturbios de la Guardia Civil, cuya presencia había aumentado ante la convocatoria con más de un centenar de miembros de grupos especiales en previsión de otra noche de altercados, como las de los últimos días.

Insultos y gritos contra los periodistas

Alrededor de un centenar de ultraderechistas acosaron esta tarde noche a los periodistas. El acoso fue especialmente intenso contra la reportera de 'Malas lenguas', de TVE, Esther Yáñez, quien tuvo que salir escoltada por la Guardia Civil. En un sube y baja de insultos y de lanzamiento de agua mientras realizaba su crónica, antes de que hubiera policía cerca la han perseguido alrededor del consistorio durante unos cinco minutos gritándole: "Fuera, fuera", "Manipuladores", "Pedro Sánchez, hijo de puta,, "Marlaska maricón", "Telebasura", "Estafadores" y otros gritos similares.

Los miembros de las fuerzas de la seguridad tuvieron que pedir a Yáñez que no continuara con la crónica para no incitar a la masa a continuar con el acoso, mientras algunos periodistas han tenido que quitar las esponjas de sus micros para que no se supiera a cuál representaban por temor a represalias.

Compañera de laSexta a la que increparon durante las protestas en Torre-Pacheco este martes.Compañera de laSexta a la que increparon durante las protestas en Torre-Pacheco este martes.Pablo Miranzo - EFE

El acoso se ha repetido contra la reportera de TVE que informaba en directo para el especial que emite esta noche La1 y otros informadores como laSexta, cuyas reporteras en Torre-Pacheco también vieron obstaculizadas sus labores ante un marabunta de ultra que gritaba, eso sí, sin poder escuchar que relataban las periodistas.