El niño, presumiblemente
un menor extranjero no acompañado, llevaba unos dos meses sobreviviendo en la
zona del Puerto y había rechazado la tutela de la administración. Ha perdido la
vida en un área de acceso restringido que decenas de migrantes frecuentan a
diario intentando colarse en alguna de las bateas y vehículos que embarcan
hacia el Puerto de Algeciras para cruzar irregularmente el Estrecho de Gibraltar.
La Unidad Orgánica de
Policía Judicial de la Guardia Civil ha asumido la investigación del suceso, el
segundo con víctimas mortales que se registra en terrenos de la Autoridad Portuaria
en menos de un año.
El 7 de abril del año
pasado otro joven marroquí que tres días antes había cumplido los 18 años y
cuya identidad respondía a las iniciales O.L. murió atropellado por una cabeza
tractora en el mismo área del Muelle de Poniente.
La Autoridad Portuaria
anunció entonces que instalaría 35 cámaras de seguridad más para su circuito
cerrado de videovigilancia y que aceleraría el refuerzo con planchas metálicas
del vallado perimetral de sus zonas de acceso restringido.
Además, el Gobierno
autonómico ha introducido unidades de la Policía Local a patrullar a diario la
avenida comercial del Puerto y prevé invertir más de un millón de euros en 2019
en la incorporación de esa zona a su proyecto de 'Safe City'.
Más allá de medidas
policiales, la Universidad de Málaga (UMA) puso en marcha a principios de 2018
un Proyecto de Prevención de la Delincuencia de Menores Extranjeros Solos en
las calles de Ceuta (Premedece) a través del Instituto Andaluz
Interuniversitario de Criminología (IAIC) y el Observatorio Criminológico del
Sistema Penal ante la Inmigración (OCSP) que permite a un grupo de psicólogas y
trabajadoras sociales trabajar a diario con los niños migrantes que viven en el
área portuaria.
Su objetivo es tanto
"prevenir la delincuencia" como "la victimización" de esos
jóvenes con "una intervención personalizada y especializada" sobre
los menores que rechazan las medidas de asistencia de la Ciudad "por miedo
a ser repatriados, por frustración del menor, por conflicto de intereses entre
el menor y el centro de acogida, por falta de adaptación del centro a las
necesidades del menor, por los atractivos de la calle, etcétera".