Tomás Gimeno sedó a sus hijas, Anna y Olivia, las metió en bolsas y las arrojó al fondo del mar. Esta es la principal hipótesis que barajan a día de hoy los profesionales de la Guardia Civil en torno a la desaparición de las niñas de Tenerife, tal y como ha relatado el responsable de Investigación de laSexta, Manuel Marlasca.

"Ahora empiezan a cuadrar piezas del puzle que trata de recomponer la Guardia Civil", explica el periodista, que incide en que la ropa de cama que había desaparecido de la casa de Gimeno ha sido uno de los elementos clave en la investigación: "En el registro que se hace, se dan cuenta de que faltan fundas de edredón. Una de ellas es la que aparece en el fondo del mar", explica.

Y en esta línea, siguen saliendo más datos: "En casa de Tomás Gimeno se encuentran diversos fármacos, con los que se podría sedar a alguien", detalla Marlasca. Una sospecha que creció poco tiempo después entre las autoridades: "Faltaban bastantes pastillas", incide el periodista.

De este modo, el modus operandi fue el de sedar a las niñas, meterlas en la bolsa y lanzarlas al mar. Ahora bien, ¿qué hizo el después? En este caso, la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Tenerife, que se encarga de la investigación junto a la UCO, baraja otra hipótesis.

"Después de deshacerse de los cuerpos, Gimeno se habría lastrado con un cinturón de buceo, y habría bajado a una zona con la profundidad suficiente como para asegurarse de no volver a subir", sentencia Marlasca. Es decir, como con las niñas, las autoridades en estos momentos creen que el cuerpo del padre también se encuentra en el fondo del mar.