MAS DE MEDIO MILLÓN DE PERSONAS PERTENECEN A UNA SECTA, SEGÚN EXPERTOS

Las sectas, un mundo del que se puede salir: "Lo importante es darse cuenta"

La difícil coyuntura económica actual ha favorecido el auge de las sectas, comunidades cerradas que promueven fines espirituales basadas en el poder absoluto del maestro sobre sus adeptos. Te atrapan, te absorben, consiguen que les des tu dinero y dediques tu vida a la comunidad, pero, no es una situación irreversible, se puede escapar de ella.

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La crisis económica alimenta a las sectas en España. Los expertos aseguran que hay unos 250 grupos activos a los que pertenecen más de medio millón personas.

“Las sectas tienen personas especialmente capaces de detectar los momentos de debilidad y vulnerabilidad, acercarse, ofrecerte algo tan seductor que es difícilmente resistible”, cuenta Miguel Perlado, psicoterapeuta experto en sectas. Existen algunos que hacen rituales escabrosos y se aprovechan de la desesperación de sus fieles para darles un milagro.

Eduardo Borrell y su mujer se apuntaron a clases de Yoga. Su instructora les introdujo en terapias alternativas para desarrollar su espiritualidad. Con esos cursos empezaron a sumergirse en una red de la que es muy difícil salir porque, según nos cuentan, no eres consciente de que estás atrapado en esa situación.

Con el tiempo, la guía espiritual les pidió dinero, llegando incluso a rehipotecar su casa. Pagaron 34 mil euros a modo de recompensa por su trabajo. "Dijo que como durante todos esos años la gente había dedicado a chuparle a ella todas sus energías, eso había que arreglarlo”, explica Eduardo.

Existen diferentes formas de salir de las sectas, puede ser de manera voluntaria, por la disolución del grupo, por expulsión o por la intervención de un especialista. Sin embargo, el primer y principal paso para salir de ellas es ese “darse cuenta” de que algo no es normal.

Miguel Perlado asegura que los daños más generales cuando se consigue escapar suelen ser  un sentimiento de autoestima por los suelos, inseguridades tremendas, dificultades para entrar en relaciones de intimidad o para volver a confiar en los grupos. Unas heridas que con paciencia, pueden llegar a cerrarse.