Bidón de gasolina en mano, un hombre comienza a rociar una gasolinera de Florida. Acto seguido el hombre vuelve a entrar con un mechero y un folio que acaba prendiendo. El dependiente logra apagar las llamas y evita un incendio.
Todo porque no estaba de acuerdo con la política de pagar antes de llenar el depósito.
Frustrado, se dirige a una segunda gasolinera donde se atrinchera. Comienza entonces una dura negociación que acaba con la rendición del hombre. Sólo pide algo a cambio: cigarrillos.
La Policía accede, pero pone sus propias condiciones. Cigarro sí, pero electrónico que le entregó un robot. Tras obtenerlo, el hombre se entregó a las autoridades poniendo fin a seis horas de amenazas.
"Le habían lavado el cerebro"
De California a Manresa para rescatar a su hermana de una secta: "El cura me agarró y me tiró al suelo"
El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.