La pequeña fue encontrada envuelta en una manta y llena de hematomas cerca de la localidad de Suèvres (región de Centro-Valle del Loira) donde recibió el sobrenombre de "la mártir de la A10", ante la imposibilidad de identificarla.
Ni la difusión de su fotografía en Francia y en otros 30 países, ni las consultas a más de 65.000 escuelas y guarderías, sirvieron para dar con la familia de la pequeña, que tenía cuatro años cuando la mataron.
El caso fue cerrado en 1997, pero desde entonces se hicieron pruebas de cotejo del ADN encontrado en la manta donde iba envuelta en dos ocasiones: una en 2008, que no dio resultados, y una segunda en 2017, que por fin coincidió con un joven que había sido detenido en 2016 por violencia.
El hombre resultó ser su hermano y permitió seguir la pista hasta sus padres, localizados en los departamentos de Aisne y Seine-Saint-Denis (norte). Tras verificar los registros administrativos, la Policía comprobó que una de los siete hijos, Ynass, que aparecía en las solicitudes de ayudas sociales, no había vuelto a ser censada.
Los padres, de origen marroquí, fueron detenidos el martes por asesinato y violencia contra menores de 15 años y deben ser llevados ante el Tribunal de Gran Instancia de Blois. Según el diario "Le Parisien", la madre de la niña decía a sus conocidos que Ynass estaba en Marruecos bajo el cuidado de su abuela.
El caso afectó profundamente a los vecinos de Suèvres, que durante años depositaron flores en la tumba anónima de la pequeña, sin esperar que el crimen llegaría a resolverse. "Hay que señalar los esfuerzos de los gendarmes, que nunca han abandonado. Como alcalde, los recibí a menudo y siempre sentí su voluntad de llegar hasta el fondo del asunto", declaró el ex alcalde de la localidad, Raphaël Pilleboue en el diario "La République du Centre".
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