En la sede de la Iglesia de Hospitalet, a donde acudía a rezar el presunto secuestrador de la pequeña liberada en Bolivia, insisten en que no son una secta.

Al igual que Gover Morales, ellos no se cortan el pelo, ni la barba, porque según explican en su web,  les da fortaleza como a Sansón. Las mujeres se cubren con velos, igual al que llevaba la menor marroquí el día de su rescate. Sus estudios dicen que es obligatorio utilizarlo a diario.

En esta religión se cumplen las normas a rajatabla. Las que Dios reveló a su fundador y además se obedece ciegamente a sus superiores. A puerta cerrada y sin poder hablar con sus afiliados. La Iglesia Evangélica de la Misión Universal sólo permite entrevistar a su abogada. "Es una entidad religiosa que está inscrita debidamente dentro de las entidades del Ministerio de Justicia en España", asegura la abogada Rosario Murga.

Quieren distanciarse de Morales. Insisten que allí los matrimonios sólo se dan ente mayores de edad, pero los expertos opinan lo contrario. "Aquí no se pueden casar porque la ley se los permite", dice Margarita Barranco, especialista en grupos sectarios. Incluso aseguran que los abusos con menores ya existían con su fundador.

"Estuvo bastantes veces en los tribunales y en la cárcel en varias ocasiones", dice Luis Santamaría, experto en sectas. La menor marroquí deberá ahora reponerse de estos traumas.