Para ellos, el peligro del móvil fue otro, la necesidad de apostar. Es el caso de Juan, que lleva cuatro años en terapia: "Tengo 25 años y llevo jugando desde los 13 o 14 más o menos". Empezó jugando a las tragaperras y, a los 21 años, estaba totalmente enganchado: "Podía jugar a todo, mi vida era jugar, me levantaba de la cama a las ocho de la mañana y mi vida era jugar, jugar y jugar todo el día".

Lo mismo le ocurrió a José, con 20 años, de las tragaperras pasó al póker online: "Diariamente me gastaba 100, 200 o 300 euros". Y acabó arruinando a su familia: "Llegué a robar cien mil euros a la empresa familiar".

Para Antonio su perdición fueron las apuestas online: "Empecé a conocer las páginas de apuestas y el hecho de ver el deporte en internet fue lo que me llevó a ello". Todos coinciden en que la facilidad para jugar desde el móvil les atrapó: "A la hora que quieras, tumbado en el sofá, comiendo, trabajando, donde quieras puedes jugar".

La media de edad de los nuevos ludópatas es de 25 años y los especialistas advierten de que no para de bajar. María Baytia Díaz, psicóloga Ayuda al Ludópata APAL asegura que, entre un 20% y un 30% de los casos, están en la media de 25 años, "y están viniendo incluso menores de edad". Por lo que insisten en la necesidad de hacer campañas de prevención para que los jóvenes vean en el juego el peligro que en realidad tiene.