Los plátanos de Canarias, además de ser uno de los productos nacionales más conocidos, producen una sexta parte de lo que produce una banana convencional.

La etiqueta AENOR certifica su baja contaminación. El valor de su huella de carbono es de 195,16 gramos de CO2 por kilo de fruta. Esther Domínguez, responsable del departamento técnico de ASPROCAN, cuenta a laSexta que la cercanía de las Islas Canarias con la Península contribuye a generar una menor huella de carbono.

Esta huella indica los gases de efecto invernadero emitidos durante todo el proceso de producción, pero no existe una etiqueta medioambiental en todos los productos que indique cuánto contaminan. Sergio Cáceres, gerente de ASPROCAN, asegura que han pedido a la Unión Europea que esta etiqueta sea común a todos los productos.

Entre las ventajas del etiquetado medioambiental están las de saber cuánto contamina un producto, elegir productos más sanos y ser más conscientes a la hora de tomar decisiones en nuestras compras. Es una demanda del consumidor que cada vez más pide productos que cuiden el medioambiente.