Desde el apagón masivo
El grupo de falsificadores que fabricaba 30.000 pilas al día tras crear auténticas cadenas de producción en Toledo
Las consecuencias Tras incautar hasta tres millones y medio de baterías en distintas naves de Casarrubuelos y Yuncler fueron detenidos cinco hombres y una mujer, que ya están en libertad.

A un grupo de falsificadores se le encendió la bombilla el pasado 28 de abril, el día del apagón masivo que dejó en cero energético a la Península Ibérica. Se trata de "una organización criminal que ve una posibilidad económica y lo que hace es ponerse a fabricar de manera masiva baterías", explica Víctor de las Heras, jefe de Investigación de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras.
Con tecnología muy avanzada para etiquetar y empaquetar las pilas, crearon auténticas cadenas de producción ocultas en varias naves industriales de la provincia de Toledo. La pila llega desnuda, entonces una máquina se encarga de ponerle el etiquetado, para más tarde otra haga lo propio con el blíster. ¿El resultado? Una copia exacta al original.
Pilas peligrosas, bajo marcas de prestigio, y con muchos riesgos como el de "explosión o de cortocircuitos en los aparatos donde se metan pues puede ser abrasivo", explica el jefe de sección Propiedad Industrial e Intelectual, José Luis Gómez. Peligros que crecen exponencialmente al conocer que en los se localizaron tres millones y medio de estas baterías falsificadas. En concreto, en una nave de Casarrubuelos y dos en Yuncler.
Los detenidos, cinco hombres y una mujer, que ya están en libertad, trabajaban y dormían allí, puesto que "tenían habilitadas habitaciones para trabajar a turnos y poder maximizar la producción". Además, habían diseñado una habitación camuflada insonorizada, para que el ruido de la maquinaria no levantara sospechas. El rendimiento era brutal ya que tenían capacidad para fabricar 30.000 pilas diarias.