La tragedia de
desenvolvió en una pequeña localidad de la región de Pskov, fronteriza con
Estonia y Letonia, cuando una patrulla policial comprobaba una casa en la que,
según sus informaciones, se encontraba el joven, al que se había dado como
desaparecido.
Los dos adolescentes,
armados con una pistola y un rifle, abrieron fuego contra los agentes y se
negaron en rotundo a salir del inmueble. Poco antes de quitarse la vida, los
adolescentes grabaron y colgaron en internet un vídeo en el que se ve al chico
disparar entre risas dos veces desde la ventana contra una furgoneta de la
policía.
Tras varias horas de
infructuosas negociaciones y después de que los jóvenes dejaran de dar signos
de vida, la policía irrumpió en la casa y se encontró con sus cadáveres, que
presentaban heridas por arma de fuego.
"Los investigadores
estudian con detalle el lugar de los hechos. Se realizarán peritajes forenses y
psiquiátricos, además de la posible presencia de alcohol y sustancias
narcóticas en la sangre de los jóvenes", informó en un comunicado la
autoridad judicial rusa. La policía, agregó, "investigará las condiciones
de vida de los adolescentes para aclarar qué les ha empujado a tal drástica
decisión".