En muchos hogares con niños no se consumen pescado ni productos frescos, causando malos hábitos alimenticios que, sumados al sedentarismo, derivan en obesidad infantil. Esto se debe a que un plato de pescado es inviable para muchas familias, como asegura unas de las mujeres entrevistadas en el vídeo superior.
Además, los recortes en la cesta de la compra afectan a los más pequeños. "Tiramos de cosas más económicas: productos congelados, frituras, barritas de merluza, filetes empanados", explica otra mujer.
De esta forma, los hogares con menos ingresos tienen menos asegurada una dieta equilibrada, según un informe de Save de Children. En él se afirma que el 18% de los pequeños de estos hogares comen dulces a diario. Lo que supone, casi el doble de los que consumen las clases más acomodadas.
Vanesa Martínez, nutricionista del Instituto Valenciano Digestivo (IVADI), asegura que hay productos de bajo coste que pueden ayudarnos en nuestra dieta como "las acelgas". "Es verdad que a los niños les cuesta, pero hay que saber como dárselo, en una fajita o tipo 'wrap'", explica la nutricionista.
Además, es importante que rompan con el sedentarismo y hagan deporte. "Es crucial que los padres potencien el amor al deporte", asegura Héctor García, profesor de educación física del Colegio La Grande Obra de Atocha en A Coruña. En este caso, no hay que dedicar dinero sino tiempo.