Han muerto cuatro presuntos narcotraficantes que viajaban en una embarcación de 12 metros de eslora cuando chocaron contra una patrullera de la Vigilancia Aduanera.

"El choque se produce por una maniobra brusca de esta embarcación durante una persecución a raíz de una alerta por un presunto tráfico de hachís", ha explicado Javier de Torre, subdelegado de Gobierno en Cádiz.

Los agentes encontraron los cuerpos sin vida de los cuatro ocupantes, además de varios bidones de gasolina. Probablemente la embarcación hacía labores de apoyo para otra planeadora que transportaba fardos de hachís. Su trabajo era ofrecer combustible o llevar a cabo maniobras de distracción, en caso de ser sorprendidos por la Policía.

Los presuntos narcos viajaban en una lancha capaz de alcanzar los 100 kilómetros por hora, una velocidad de vértigo en la que llevar a cabo cualquier giro puede ser mortal. Según Antonio Pérez, director de la Escuela Náutica de Sevilla, "en los barcos no existe freno, con lo cual en esas circunstancias tampoco se puede aminorar el impacto".

Los cuerpos de los ocupantes están en el anatómico forense y de momento, sólo se ha podido identificar a uno de ellos