Entramos en él

Muebles destrozados, pipas para drogarse, documentación robada...: así quedó una vivienda turística convertida en narcopiso en El Raval

Los detalles Los vecinos están hartos de los robos, la violencia y el tráfico de drogas. El 'modus operandi' de los narcotrafiantes es alquilar para obtener derechos como inquilinos y que sea más difícil desalojarles.

Narcopiso en El Raval

Entramos en un narcopiso recientemente desalojado en El Raval y comprobamos que los muebles están completamente destrozados, el mobiliario inservible, hay pipas improvisadas para drogarse, documentación robada y libretas con datos sobre la venta de droga.

Pese a que antes era un piso completamente reformado, ahora sus dueños tendrán que gastarse más de 10.000 euros para poder volver a alquilarlo. "Han roto la puerta de entrada, están rotos los cristales y tenemos que reemplazar todas las encimeras, que están quemadas", lamenta su dueña.

Fue adquirido por un hombre de nacionalidad italiana, quien pagó tres meses por adelantado. Sin embargo, dos días después de alquilarlo, comenzó a operar como un narcopiso.

El 'modus operandi' de los narcotraficantes

Se trata de un reciente 'modus operandi' de los narcotraficantes: alquilan pisos como este para obtener derechos como inquilinos y eso hace más complicado que se les pueda desalojar. "Han usado una mula de gente internacional que dice que quiere venir por vacaciones de ocio unos meses y luego ese señor desaparece y entra la gente del narcopiso", denuncia la dueña de la vivienda.

Los vecinos denuncian que los narcopisos han repuntado en El Raval los últimos tres meses ya que, critican, "han encontrado la forma de estar, entre comillas, legalmente". "Hay jeringuillas, sangre en el bloque...", destaca un vecino, mientras que otro señala que han "aumentado los drogadictos en el barrio", y que se "les ve drogándose en la misma calle, al lado de los colegios".

En el vídeo principal que acompaña a la noticia vemos cómo el techo de la cocina de un piso se vino abajo, culpa del piso okupado de arriba. "Cuando se produjo el desplome es cuando me enteré de que no es un alquiler social, sino que es una familia de okupas. Estoy atrapado en un callejón sin salida, no puedo alquilar, no puedo vender", lamenta su propietario, quien dice que tiene "pánico" a ir al lugar porque le "preocupa especialmente que se venga el edificio abajo".

Esta es la nueva cara de los narcopisos que amenazan los barrios, como El Raval, en Barcelona, donde sus vecinos están hartos de la situación.

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