Jessica Myott, una joven de 25 años, de Stockport, en Inglaterra, ha estado a punto de quedarse ciega debido a una infección después de inyectarse relleno en los labios, tal y como ha informado 'The Sun'. Según su testimonio, la joven acudió en noviembre de 2018 a un salón de belleza para rellenarse los labios. Todo parecía ir bien hasta que al día siguiente se le empezó a hinchar el labio superior.

En ese momento, la joven no le dio importancia. Sin embargo, a la mañana siguiente se despertó con un dolor horrible, por lo que Myott acudió a varias clínicas para averiguar qué le pasaba. Los médicos no sabían a qué se debía tal infección y le mandaron antibióticos.

Sin embargo, la cosa fue a peor en los días posteriores. "Tomé el medicamento, pero por las noches no podía apenas respirar. Sabía que la infección se estaba extendiendo", explica Myott. La joven, desesperada porque que nadie le diese una solución, fue a casa de su madre. "Estaba llorando porque nadie me escuchaba", asegura la joven. Y añade: "Sentía que tenía agua en el oído. Notaba ardor debajo del ojo. Tuve miedo de quedarme ciega".

El labio de Myott seguía empeorando. Por esta razón fue de inmediato al hospital de Wythenshawe. "Mientras estábamos allí, mi labio superior explotó. Me pusieron un goteo intravenoso con antibióticos y me dijeron que tendría que operarme", relata.

Durante la intervención, los médicos tuvieron que hacerle hasta tres drenajes por abscesos en el labio, que estuvo supurando durante días hasta que fue dada de alta. La infección era tal que el pus le llegaba hasta los ojos. Un año después, en julio de 2019, una vez recuperada, Myott acudió a una revisión médica donde le dijeron que podía volver a rellenarse los labios.

Sin embargo, ahora la joven lamenta haberse sometido a este tipo de tratamientos que sólo deben realizarse por médicos: "Antes no tenía miedo a nada, y ahora tengo incluso miedo de las agujas. Me dan ataques de pánico cuando me sacan sangre". Por su parte, la propietaria del salón de belleza, Mandy Johnson, afirma estar segura de que desde el centro siguieron el procedimiento correcto en todo momento.

"Hay muchas razones por las cuales pudo haber tenido la infección, no la trataron de manera diferente a ningún otro cliente", apunta Johnson. Además, garantiza que estuvieron en contacto constantemente con Jessica, que le dieron el reembolso completo del tratamiento y que si hubiera seguido sus recomendaciones no habría tenido una infección tan grave.