Desear la muerte de Putin y lanzar mensajes de odio en redes hacia Rusia será posible a partir de ahora. Meta, la empresa propietaria de Facebook o Instagram, modificará sus reglas que prohíben incitar a la violencia.

Según la agencia Reuters, darán por buenos esos mensajes en las repúblicas que pertenecieron a la Unión Soviética. La compañía de redes sociales también está permitiendo temporalmente algunas publicaciones que piden la muerte al presidente ruso Vladimir Putin o al presidente bielorruso Alexander Lukashenko, según correos electrónicos internos a sus moderadores de contenido consultados por Reuters. "Como resultado de la invasión rusa de Ucrania, hemos tenido en cuenta temporalmente formas de expresión política que normalmente violarían nuestras reglas, como el discurso violento como la 'muerte a los invasores rusos'. Todavía no permitiremos llamados a la violencia contra civiles rusos", dijo un portavoz de Meta en un comunicado.

Así, desear la muerte de los líderes estará permitido, a menos que contengan otros objetivos o tengan dos indicadores de credibilidad, como la ubicación o el método. Por su parte, Rusia ha abierto este viernes un causa penal contra meta Platforms FB, matriz de Facebook. Según recoge Reuters, los fiscales rusos han pedido al tribunal que designara al gigante tecnológico estadounidense como "organización extremista".

"Se ha iniciado una causa penal en relación con los llamamientos ilegales al asesinato y a la violencia contra ciudadanos de la Federación Rusa por parte de empleados de la empresa estadounidense Meta, propietaria de las redes sociales Facebook e Instagram", ha dicho el Comité de Investigación de Rusia, en declaraciones recogidas por la citada agencia. La comisión depende directamente del presidente Vladimir Putin.

Motores en las piernas

Llega al mercado el exoesqueleto coreano que promete revolucionar la forma en la que nos desplazamos

Con un diseño innovador que incorpora inteligencia artificial y modo turbo para subir montañas, este dispositivo, por menos de 500 euros, promete cambiar la forma en la que nos movemos, facilitando actividades como la escalada y el senderismo.