La palabra de moda la ha puesto encima de la mesa el fundador de Facebook y, ahora, consejero delegado de Meta, Mark Zuckerberg: el metaverso. La compañía ha decidido cambiar su nombre en un intento de dejar atrás algunas polémicas vinculadas a la marca y, sobre todo, de enfocarse a esta segunda realidad virtual que aspira a ser un universo paralelo al real.

El metaverso aspira a ser esa realidad en internet para que millones de personas convivan de forma virtual. Un Facebook 'inmersivo' y un negocio que, según Bloomberg, podría mover hasta 800.000 millones de dólares en apenas tres años, en 2024. En una década, aspiran a llegar a 1.000 millones de usuarios.

¿Son realistas estas previsiones o acabará sucediendo como con otras innovaciones similares como, en su momento, Second Life? En este caso, el 85% de los usuarios se aburrió de la plataforma a los cuatro meses. Pero algunos expertos consideran que Facebook parte con ventaja: "Tiene información privilegiada sobre muchísimas personas y puede averiguar sus intereses y de alguna manera configurar los entornos para que coincidan con los intereses de esas personas", explica a laSexta Gustavo Aranda, coordinador de programación de la Escuela Superior de Arte y Tecnología (ESAT).

En este sentido, Aranda estima imposible crear esta realidad virtual para mucha gente. "Serán entornos pequeños de una o dos personas. Ahora, escalar eso a 7.000 personas, eso no es posible", dice el experto.

Lo importante son las posibilidades que se abren a futuro. Así lo opina el director de operaciones de Climbing Planet, Daniel Nebot: "Se abre un abanico de posibilidades muy grande de cara al futuro".

Pero también entraña riesgos. "Es muy importante cuidar mucho los problemas de ética, de datos, problemas que conocemos con los dispositivos móviles... Son más fuertes en la realidad virtual", explica el profesor universitario y experto en realidad virtual Pierre Bourdin.