"La chica entró asustada y llorando, con los ojos rojos de haber estado llorando durante mucho rato y pidiendo que llamáramos a una ambulancia porque había sido violada", son las palabras con las que define cómo recibió Alberto Tercilla, dependiente del estanco, a la víctima.

La menor, de 14 años, dio la voz de alarma sobre esa red de explotación sexual en Madrid que ha desarticulado la policía. Lo hizo en el estanco que encontró cuando consiguió fugarse.

Según nos cuenta el dependiente, a la chica se la veía desconcertada y que no iba documentada: "Decía que venía andando 40 minutos, pero no desde dónde. Llevaba un vestido corto y sucio, como de haber estado sentada en la calle".

Alberto explica que trató de calmarla y llamó a emergencias. Y que hasta allí se trasladaron incluso el abuelo y la madre de la menor, que no pudieron verla "hasta dentro de un rato porque estaba en la ambulancia".

Según la Policía Nacional, es una de las 10 menores explotadas sexualmente por un grupo criminal en Madrid escapó de un narcopiso en el que daban la posibilidad a los clientes de tener sexo con ella.

Es una de 9 menores liberadas en una operación contra la explotación sexual de menores en la que detuvieron a 37 personas. Según la Policía, cuatro de las víctimas residían en centros de menores de la Comunidad de Madrid y el resto habían residido en diferentes momentos.