Nadie asume la decisión de haber liberado a 200 migrantes de muelle de Arguineguín. Cientos de personas están siendo trasladadas de un sitio a otro, sin previo aviso y sin que haya un plan para realojarlos.

Aun así, los migrantes que ayer salieron del puerto de Arguineguín han podido dormir por primera vez en muchos días bajo techo, en un complejo hotelero en el que se les ha albergado tras la precipitada decisión.

Guzmán, senegalés, es uno de ellos. Salió de su país hace ahora un mes y, tras siete días de travesía, llegó al Muelle de Arguineguín, donde permaneció hasta ayer.

A sus 43 años, ha explicado a laSexta que ha venido a España a buscarse la vida, huyendo de la situación de su país, y que le gustaría viajar a Barcelona, donde tiene algunos familiares. Sin embargo, aún no han podido hablar con ningún abogado para pedir asilo.

Ayer la policía les permitió salir del puerto y, posteriormente, el Ayuntamiento de Mogán les ofreció como alternativa viajar en autobús a Las Palmas de Gran Canaria para que no estuvieran deambulando por el municipio.

Según argumentó la alcaldesa "allí están todas las ONG, todos los organismos e incluso el consulado, al lado de la Delegación del Gobierno".

En plena avalancha de salida del puerto, los voluntarios pedían organización, los migrantes se despedían y comenzaban a subir a los autocares para emprender un viaje de más de 60 kilómetros desde el sur de la isla hasta el norte.

Finalmente llegaban a una plaza de Las Palmas de Gran Canaria en la que esperaron sentados a saber dónde podían pasar la noche. A las 21:00 horas aún no sabían si iban a poder dormir bajo techo y continuaban sin agua ni comida tras haber pasado un día más que complicado.

Por eso, los vecinos de la zona comenzaron a salir a la calle a otorgarles agua y comida, y tanto los migrantes como los vecinos agradecieron el gesto. Incluido José, que llegó hace dos años a la isla, también en patera. Hoy se ha acercado hasta allí para brindarles su ayuda.

Mientras, en el campamento de provisional instalado en el muelle más de 2.000 personas permanecen en condiciones deplorables: durmiendo a ras de suelo, hacinados, y a la espera de ser reubicados.