La mujer, de nacionalidad rumana, y su bebé, que han caído desde unos 50 metros, han sufrido múltiples contusiones y fracturas y, aunque todavía se les están practicando pruebas, parece que están graves pero fuera de peligro.

La Policía Judicial investiga los motivos de la caída y, según han informado fuentes policiales en principio se descarta un caso de violencia de género y se baraja como hipótesis una tentativa de suicidio, aunque no se descartan otras como un accidente.

Según estas fuentes, a pesar de que la caída ha sido de una altura "considerable" desde la zona "más empinada" de la ladera, es probables que las mallas que se instalaron para evitar el desprendimiento de cascotes, hayan frenado la caída y minimizado sus consecuencias, que podrían haber sido "fatales".