España cuenta con servicio meteorológico oficial -actualmente Agencia Estatal de Meteorología- desde 1887, un organismo que en sus inicios tuvo una plantilla muy reducida y que no contó con ninguna mujer hasta casi cuatro décadas después de su creación.

No fue hasta 1928 cuando de las 31 personas que ya trabajaban en allí, nueve fueron mujeres. Algunas del personal administrativo y cuatro observadoras de meteorología: Aurelia Gutiérrez del Olmo, María Meseguer, Elena Ruiz de Apodaca y María Valea.

Ese mismo año aprobó las oposiciones la primera mujer que formó parte del Cuerpo de Meteorólogos y Auxiliares de Meteorología, Felisa Martín Bravo. En 1929, Martín Bravo, que también fue la primera doctora en físicas de España, realizó el curso de formación y fue nombrada Auxiliar de Meteorología.

Si embargo, como no existían vacantes en aquel momento, Martín Bravo quedó en la situación que se llamaba “en expectativa de destino” hasta 1931, año en el que ya si obtuvo destino definitivo.

A ella se le sumaron en 1935 otras cinco mujeres: Josefina Ricart, Mercedes Potau, Antonia Roldán, Cristina Gonzalo y Pilar Martínez.

Unas pioneras que fueron precursoras de un gran número de mujeres que ha seguido sus pasos en la meteorología española.