Nos vamos de boda y toca día de celebración: noche de fiesta y mañana con dolor de cabeza. Por eso la moda es que los invitados no se vayan de la ceremonia sin su 'kit antirresaca'.

Se personalizan en función del cliente e incluyen desde una botella de agua, hasta un antifaz para dormir, una piruleta, tiritas o servilletas antimanchas. Pero la tendencia llega más lejos. Los novios, además, meten medicinas en estos paquetes y los expertos advierten.

"Es un riesgo no solo de alergias, como es lógico, si no también con problemas de inseguridad o interacciones con otros medicamentos que está tomando el paciente", explica Carlos Barreda, portavoz de la Asociación de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAD).

Ibuprofeno, omeoprazol... son los más habituales. Desde las empresas que montan estos pequeños paquetes se defienden y dicen que el incluirlos o no es cosa de los novios. "Hay muchas veces que el cliente te pide que lo incluyas, le decimos que no podemos. Le dejamos los kits abiertos y les pedimos un mail o algo que nos proteja", defiende Beatriz Sánchez, fundadora de 'Oh My Kit'.

Para los expertos es un caso más de la llamada medicalización de la vida. "La SEFAD denunciamos la medicalización de la vida. No todos los efectos dañinos que te suceden en la vida se resuelven con un medicamento", insiste Barreda.

Según los últimos datos, un 52% de la población consume este tipo de fármacos de forma habitual, sin un control médico.