Dos semanas después de la muerte masiva de miles de peces, el Mar Menor se encuentra plagado de algas. El fitoplacton está tiñéndolo de verde e impidiendo que llegue la luz al fondo del mar.
Los niveles de clorofila son alarmantes: se está cerca de alcanzar los datos que produjeron la gran crisis de la sopa verde de 2016. Incluso en algunas zonas, de forma puntual, se han medido 17 o 20 micro-gramos de clorofila por litro, números que están muy por encima de los valores de hace tres años.
"El agua se vuelve verde, la luz no llega al fondo y toda la pradera submarina desaparece, y con ella gran parte de la vida", ha explicado Ramón Pagán, portavoz del 'Pacto por el Mar Menor'.
Desde la lamentable estampa que mostraba el desastre en el Mar Menor, se han retirado alrededor de 700.000 kilos de residuos procedentes de las lluvias, además de las toneladas de peces y crustáceos muertos. También se han trasladado algunas especies afectadas hasta que su conservación sea segura.
Desde el Gobierno murciano y el Ministerio aseguran haber multiplicado las inspecciones y sanciones de pozos y de saladoras ilegales. La confederación hidrográfica del segura confirma que ya está investigando 9.500 hectáreas de regadío ilegal, sobre las que se debería actuar cuanto antes, porque lo más urgente es evitar más vertidos y rebajar el nivel del acuífero.
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