Comienza la aventura, para acceder a la estación de tren Ramón y Cajal de Madrid sí cuenta con rampa y más adelante improvisan una entrada para él. Sin embargo, de repente, se da de bruces con la cruda realidad: no hay ninguna rampa para acceder al tren y si hace falta cambiar de andén hay que bajar multitud de escalones.

Esta realidad deja a Carmelo Dorado, portavoz de la Federación de Asociaciones de Personas con discapacidad, con cara de circunstancia: "Te sientes una mierda porque al pagar impuestos, pagas como todo el mundo".

Su federación ha denunciado ante la Fiscalía a Adif y a Renfe-Cercanías para que eliminen todas las barreras en Madrid. Aunque el enfado parece que es nacional. Un ciudadano se grabó en la estación de Dos Hermanas, Sevilla, paralizando un tren con su propia silla de ruedas: "Quiero ejercer mi derecho".

Un equipo de laSexta se ha reunido con él y con su hermano en la misma estación en la que cuentan que tienen que pedir ayuda hasta para sacar el billete. "He perdido entrevistas de trabajo por los retrasos, llega un tren sin adaptar y me tengo que quedar esperando al otro", denuncia.

En Villarreal, en Castellón, es una lotería que el cercanías llegue adaptado. "La plataforma del tren es altísima", protesta un hombre con muletas.

Renfe dice que está elaborando un plan especial y Adif que ha invertido más de 120 millones en accesibilidad. No obstante, las personas con alguna discapacidad prefieren las rampas a las promesas.