El conseller de Interior, Jordi Jané, ha insistido en descartar el móvil terrorista en el suceso que este martes puso en alerta Barcelona y ha remarcado que el hombre, de 32 años y nacionalidad sueca, no hizo ninguna proclama, no le constan vínculos ni a él ni a su entorno con organizaciones terroristas y no han hallado nada sospechoso en las redes sociales ni en el hotel en el que se alojó cuando llegó a la capital catalana el pasado lunes.
El detenido, que permanece ingresado en la unidad psiquiátrica de un hospital de Barcelona, donde se recupera de su estado de alteración y se le practican pruebas para valorar su estado mental, pasó toda la noche anterior al incidente de fiesta, gastándose, en compañía de algunos compatriotas, mucho dinero en varios locales y sumiéndose, según Jané, en un estado de "euforia continuada".
Según fuentes cercanas a la investigación, entre estas "actividades caras" de las que ha hablado el conseller figuran la prostitución y el consumo continuado de drogas y alcohol. Tras hacer un seguimiento de su actividad en las horas previas a las 10.30 horas de ayer, cuando sembró el pánico, Jané ha concluido que el detenido actuó de forma "no planificada, improvisada" y que antes de robar el camión de butano intentó sin éxito parar varios vehículos y apropiarse de una moto, ya que su objetivo, en un estado de "alteración", era "irse" en dirección al mar, aunque se investiga con qué intención.
"Igual que subió a un camión de butano, porque la puerta estaba abierta y estaban las llaves en el contacto, podría haber subido a cualquier otro tipo de vehículo. Fue el camión de butano porque accidentalmente se lo encontró cuando quería salir de allí.
Él buscaba un vehículo, quería irse de allí, con una conducta alterada, con el vehículo que encontrara", ha resaltado Jané. El detenido, a quien le constan antecedentes en su país por delitos comunes, llegó a Barcelona el pasado lunes, día 20, a las 10.00 horas en un vuelo de Aeroflot desde Moscú, tras hacer una escala procedente de Copenhague (Dinamarca), y se alojó en un hotel de Barcelona en compañía de un amigo, que ya ha abandonado España.
Según Jané, que ha comparecido en rueda de prensa arropado por el director de los Mossos d'Esquadra, Albert Batlle, el comisario jefe, Josep Lluís Trapero, y el comisario del área de Barcelona, Joan Carles Molinero, la intención inicial del hombre y de su amigo, que contrataron dos habitaciones, era quedarse una noche, aunque cambió de planes y compró un vuelo para ir a Madrid a las 20.45 horas del mismo lunes.
Sin embargo, el detenido volvió a cambiar de planes y decidió quedarse en Barcelona, ya que, según Jané, la estancia en la capital catalana "le abrió posibilidades de ocio nocturno, de pasar un día diferente", con una "noche de gran fiesta", en la que no llegó a pernoctar en el hotel.
Pese a que los Mossos d'Esquadra todavía están pendientes del resultado del control de drogas y alcohol, Jané ha afirmado que el detenido presentaba, tras ser arrestado, una "sintomatología alterada" ya que aparecía como una "persona inestable".