Frinsa, la empresa que
fabrica el atún afectado por un brote de toxina botulínica, ha asegurado en un
comunicado que la toxina sólo ha aparecido en una única lata de un único lote,
algo que, apuntan, ha acreditado la Xunta de Galicia.
La alerta sanitaria se
ha decretado después de que cuatro personas de una misma familia de Castilla y
León hayan resultado intoxicadas por una lata de atún en conserva en aceite de
girasol de la marca DIA, que se distribuyó también en establecimientos de
Asturias, Cataluña, Aragón, La Rioja, Murcia, Navarra, Castilla-La Mancha y la
Comunidad Valenciana.
Se trata de una conserva
de atún en aceite de girasol formato RO 900, de la marca DIA, con lote 19/154
023 02587 elaborado en Frinsa del Noroeste S.A. con fecha de consumo preferente
31/12/2022, que se ha inmovilizado y retirado.
La ingestión de
alimentos contaminados por toxina botulínica produce botulismo, una enfermedad
que se caracteriza por el desarrollo de alteraciones vegetativas como la
sequedad de boca, náuseas y vómitos, y por una parálisis muscular progresiva.
La toxina botulínica,
que crece en medios neutros o alcalinos donde no hay oxígeno, puede
desarrollarse en cualquier alimento que no sea tratado de forma adecuada,
aunque generalmente está asociada a los envasados domésticos y conservas
caseras, y en raras ocasiones se desarrolla en envases de procesos
industrializados.
Las circunstancias que
generalmente propician su aparición y desarrollo son el lavado defectuoso del
alimento, el cierre no hermético del envase con posterior contaminación y la
temperatura inadecuada.
El bacilo fue
descubierto en 1896 por el doctor Van Ermengen y al igual que la enfermedad,
adoptó su nombre de la palabra "botulus", salchicha, el alimento que
más brotes de esta enfermedad causó en un principio.