"Nuestro primer año juntos fue muy divertido. A veces
pasaba días en su casa, pero todo empeoró cuando empezó a beber y tomar drogas
con sus amigos. Realmente lo amé y es triste lo que le sucedió. Nunca me habló
realmente sobre lo que le estaba pasando y si lo hubiera hecho creo que
podríamos haber resuelto cualquier problema al que se enfrentaba", explica
su pareja, que revela su lucha por aceptarse y su adicción a las drogas.
"Conocí por primera vez Vittorio el 7 de diciembre de
2013, después de llevar una temporada cruzándonos mensajes por Facebook. La
relación fue avanzando y en marzo de 2014 me mudé de Wigan a Manchester para
estar con él y nos mudamos juntos", relata.
Osborne explica que, tras unos altibajos, retomaron su
relación en septiembre de 2016: "La última vez que hablé con él fue el 2
de abril, cuando le envié un mensaje preguntando dónde estaba porque íbamos a
salir a comer y él no estaba en casa. Traté de llamarle y cuando respondió me
explicó que había salido con unos cuantos amigos. No volví a hablar con él
hasta que llegó de madrugada borracho, así que le dije que se quedase en casa
de su padre hasta que se le pasase el efecto del alcohol".
Los jóvenes tuvieron una discusión tras este episodio y
Vittorio volvió a salir con sus amigos. A la una de la madrugada, su novio se
despertó con una rara sensación y descubrió que estaba tirado al lado de la
casa tras haber intentado ahorcarse. Petruzzelli fue trasladado al Hospital
General de Tameside donde murió tras pasar dos días en la UCI.
"Siempre recordamos los momentos felices. Era tan
divertido, siempre estaba feliz. Siempre estaba saliendo con amigos,
disfrutando del tiempo que pasaba con ellos. Aunque fue una vida corta, fue una
vida feliz y me sentí privilegiado de ser su padre y orgulloso de que fuera mi
hijo", explica el padre del fallecido.