La Fiscalía ha considerado probados el delito que le imputa en el juicio que se ha celebrado contra el procesado, cuya versión ha dicho que no cree porque ha recalcado que a lo largo del proceso la ha cambiado en cuatro ocasiones.
Los hechos sucedieron la tarde noche del 11 de diciembre en una zona de la localidad de Gran Canaria de Vecindario, conocida como "La Canaria", que está junto a un estanque donde hay unos sillones, donde, según ha dicho el procesado, se desvistieron y comenzaron a besarse y cuando ella se quitó el tanga comenzó a agobiarse, por lo que él le pidió perdón por si había hecho algo mal, según su relato.
El procesado ha dicho que la menor le había dicho que tenía 16 años y no 15, y no ha reconocido un whatsapp que envió a esta, tras esa cita, en el que admitió que le había violado y le decía que se arrepentía y le pedía perdón, pues ha alegado que el mensaje está manipulado.
La menor, que ha declarado por videoconferencia, ha mantenido que fue forzada desde el primer momento y que, pese a que ella de manera insistente le decía que parara de besarla y tocarla, él le quitó contra su voluntad la ropa y el tampón que llevaba, y que, pese a que ella intentó forcejear con él, el acusado le agarró por el cuello en dos ocasiones y le dijo que se estuviera quieta.
Las psicólogas forenses han considerado "probablemente creíble" el relato de la menor y han advertido en ella un estado de ansiedad agravado por estos hechos, que le han perjudicado en su rendimiento académico y generado alteraciones en sus comidas, al originarle un estrés postraumático, según el escrito de acusación pública.
La acusación particular, ejercida por la madre de la menor, ha reclamado la condena máxima por el delito de agresión sexual, 15 años de cárcel, mientras que el abogado de la defensa, que ha sostenido que no hubo penetración, ha pedido al tribunal la condena "más justa posible" para su defendido, que entonces tenía 17 años, y pensaba que su amiga tenía 16.
El abogado de la defensa ha sostenido que no hubo penetración, porque así se pone de manifiesto en los dos informes médicos practicados a la menor, pues "ni en la exploración que se hizo a la adolescente en el Hospital Insular de Gran Canaria ni en la que le practicó el forense hay marca de penetración", por lo que ha pedido una condena de entre cinco y diez años de prisión.
La Fiscalía pide, además, una indemnización para la menor de 30.000 euros, cifra que la acusación particular eleva a 68.651 euros. Las acusaciones también reclaman que el acusado no se pueda comunicar ni acercarse a la víctima por un periodo de 15 años, en el caso de la acusación pública, y de 25 años, en de la particular.