Los Mossos d'Esquadra investigan la violación a una chica de 17 años en la zona de ocio del Port Olímpic de Barcelona cometida supuestamente por un preso de una cárcel catalana que estaba de permiso, mientras cumple una condena de nueve años y medio de prisión por una agresión sexual cuando era menor.
La violación se habría producido en una zona de ocio nocturno del Port Olímpic de Barcelona. La víctima acudió a una comisaría de los Mossos d'Esquadra a denunciar esta agresión sexual y, mediante el reconocimiento fotográfico, logró identificar al supuesto violador.
Una vez identificado, los Mossos comprobaron que el sospechoso está cumpliendo una pena de nueve años y medio en una prisión catalana, por un delito de violación y dos de tentativa que cometió en 2012, cuando era menor de edad.
Según han informado fuentes penitenciarias, una vez superada la mitad de la condena, al preso se le han concedido un total de once permisos: tres de dos días, otorgados por los servicios penitenciarios de la Generalitat y ocho de hasta seis días, autorizados por el juez de vigilancia penitenciaria.
Cuando se produjo la violación, el preso se encontraba en el último de los ocho permisos de hasta seis días autorizados por el juez de vigilancia penitenciaria. El interno regresó a la cárcel con normalidad tras cometer supuestamente la violación, según las fuentes.
Una vez los Mossos d'Esquadra notificaron a los servicios penitenciarios de la Generalitat que el sospechoso de la violación era un preso, los responsables de la cárcel pidieron explicaciones al interno, ante lo que este reconoció a los profesionales del centro que en el momento de los hechos se encontraba en el Port Olímpic y que interactuó con la menor, si bien no confesó haber sido el autor de la agresión sexual.
Según las fuentes de los servicios penitenciarios, el preso había seguido el programa de adicciones y de violencia sexual en la cárcel y tenía una buena evolución y apoyo familiar externo, por lo que se le empezaron a otorgar permisos puntuales, al superar la mitad de su condena.
Una vez los Mossos le han situado como sospechoso de la violación, los servicios penitenciarios, como es habitual en este tipo de situaciones, han suspendido automáticamente todas las salidas programadas para este preso y los permisos para salir de la prisión y no contemplan concederle el tercer grado.
Según las fuentes penitenciarias, la tasa de reincidencia en Cataluña de delincuentes sexuales que han seguido un tratamiento en prisión se sitúa en el 4 %, frente al 18 % de reincidencia en el caso de los violadores que no siguen ningún tratamiento en la cárcel.
Actualmente, en las prisiones catalanas cumplen condena unos 500 presos por delitos contra la libertad sexual. Según las fuentes, los permisos que se conceden a este tipo de internos que han seguido cursos de tratamiento pretenden facilitar que recuperen progresivamente su vida en la comunidad antes del fin de la condena, para evitar la reincidencia cuando hayan saldado su deuda con la justicia.
Por su parte, fuentes de la Consellería de Justicia han pedido que se respete la presunción de inocencia y han destacado que el departamento se ha puesto a disposición de los Mossos d'Esquadra para ofrecer su máxima colaboración en la investigación.
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Además, la Oficina de Atención a la Víctima del departamento de Justicia se ha puesto en contacto con la familia de la víctima.
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