Asunción Sánchez se quedaba en la calle con sus tres hijos y decidió ocupar un piso en su mismo barrio. Pensó que eran de un banco pero poco después descubrió que pertenecían a la Orden Tercera de San Francisco. En varias ocasiones acudió a la agencia de alquiler para quedarse con él pero los propietarios no parecen estar por la labor.
Asunción cuenta como le cortaron la luz: “Yo estaba colgando la ropa y llegaron cuatro personas abrieron la puerta del contador y me cortaron la luz yo les pedí que por favor no me la cortaran que tenía tres niños y me la han cortado”.
No tuvieron piedad y dejaron a Asunción a oscuras: “Se me va a estropear toda la compra, la carne y la comida de los niños”. Y eso a pesar de que tiene un niño con una enfermedad rara que necesita higiene, luz, agua y calefacción.
Asunción no se niega a pagar: “Reclamo que o me den un alquiler o que me den tiempo para buscar un alquiler y poder irme”.
En una situación parecida están Rocío y sus dos hijos. Sin recursos, llevan nueve meses ocupando un piso de Huelva. Las monjas de la residencia donde vive la propietaria han ido varias veces a decirles que se vayan.
Dos mujeres desesperadas que buscan un poco de solidaridad.
"Le habían lavado el cerebro"
De California a Manresa para rescatar a su hermana de una secta: "El cura me agarró y me tiró al suelo"
El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.