Cortés ha explicado que en estos 14 años está viviendo «una
auténtica pesadilla», tras sufrir un accidente que le provocó daños en varias
partes del coche, un Ford Sierra, cuyo primer presupuesto en un servicio
oficial de la marca ascendía a casi 10.000 euros.
Sin embargo, según su relato, le recomendaron acudir a un
taller con piezas compatibles, por lo que llevó el vehículo a una empresa
llamada «Hermanos Capdevilla», donde llevó su coche y recibió un presupuesto de
2.405,72 euros, que aceptó de inmediato, pactando la forma de pago, 2.000 euros
por adelantado y el resto a la entrega del coche arreglado, unos 20 días
después de entregar el dinero.
Sin embargo, asegura que, a pesar de que desde entonces
comenzó a reclamar el arreglo y la entrega del vehículo, nunca se lo
entregaron, hasta que recurrió a denunciar el caso a Consumo y la Guardia
Civil, sin tener conocimiento nunca, según dice, de qué pasó con su coche.
En aquel entonces Cortés vivía en Islantilla (Huelva) y
trabajaba en Lepe en una empresa de autocares llamada Lepebús, en la que
entraba a trabajar de madrugada, por lo que tenía que ir andando en mitad de la
noche a su puesto de trabajo por no tener ni coche ni transporte público a esa
hora.
Desde el taller en cuestión se ha defendido que lo
gestionaba entonces una sociedad formada por dos hermanos, y uno de ellos pidió
hacer el trabajo por su cuenta, sin aclarar qué pasó con el dinero que entregó
Cortés ni por qué no se hizo la entrega del coche.
Él, por su parte, señala que tiene documentos sellados por
el taller certificando la entrega del dinero, en dos pagos (de 1.000 y 500
euros respectivamente), por lo que ha dicho que «por encima de si los hermanos
se enfadaron o se separaron, yo entregué dinero por un trabajo que no me
hicieron, y no quiero renunciar a mi coche».
Por este motivo, el próximo martes presentará una nueva
denuncia, para se le entregue su coche, tras casi 14 años y medio reclamándolo.