El tribunal del Jurado de la Audiencia Provincial de Alicante juzga a un hombre por la muerte a puñaladas de su vecino en agosto de 2016 en la localidad de Elda. El acusado ha ratificado en su declaración la confesión que hizo a la Policía en el lugar del crimen.

La acusación particular, en representación de los hijos y la hermana de la víctima, y la defensa del acusado, se han adherido a la calificación de la Fiscalía, que ha solicitado una rebaja de la pena de cárcel de diez a siete años, al modificar su calificación para introducir la atenuante de confesión muy cualificada, al haber confesado el crimen a la Policía. Asimismo, las partes han mantenido la solicitud de indemnizaciones para los familiares de las víctimas de 50.000 euros para cada uno de los hijos del fallecido y 25.000 para la hermana.

En la vista ha declarado en primer lugar el acusado, quien ha reconocido que la víctima acudió a su vivienda en estado de embriaguez "dando patadas en la puerta", por lo que tras salir y mantener una discusión con él, entró a la cocina a por un cuchillo con el que le dio "un par de viajes" a su vecino en el tórax y la axila, de manera una de las heridas le alcanzó el corazón provocándole la muerte.

Además, ha reconocido que tras la agresión volvió a su vivienda, limpió el cuchillo con unos papeles que tiró a la basura, escondió el arma homicida en el fondo del cajón de un armario y lavó la camisa con lejía. En el juicio han declarado también los policías que hallaron el cadáver y obtuvieron la confesión.

Así, han explicado al tribunal y a los miembros del jurado que la noche de los hechos, una patrulla divisó a una persona tendida en el suelo "al lado de la puerta de un coche". Al observar que había sido víctima de una agresión, perimetraron la zona e iniciaron las pesquisas. Al hallar al propietario del vehículo que se encontraba junto al cadáver, vecino del inmueble del procesado, éste les dijo que su madre, una mujer de avanzada edad, había oído la discusión mantenida entre la víctima y el acusado.

De este modo, los agentes han explicado que el procesado les abrió la puerta "sin camiseta" y con "rastros de sangre en el brazo", y sin oponer resistencia les confesó lo ocurrido indicándoles dónde había escondido el cuchillo y los papeles de la papelera que había utilizado para limpiarlo. Al respecto, el acusado ha asegurado durante el juicio que no había "peleado en la vida con nadie" y que sacó el cuchillo al ver a su vecino "agresivo".